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viernes, 5 de abril de 2013






Aunque la mayoría de las veces las mujeres nos vemos representadas con las mismas características; dos pechos que sobresalen por encima de nuestra figura, cabello largo, un par de piernas contorneadas. No somos iguales, ni pensamos todas igual, no todas actuamos como es debido y mucho menos seguimos las reglas que nos impone la sociedad, mayoritariamente machista. Y aunque la mayoría de las revistas femeninas nos encuadren en el mismo prototipo y nos clasifiquen dentro de 3 o 4 géneros como mucho, somos tantas como peces hay en el mar.
Y es que en cuanto a las revistas femeninas me refiero, no todas por supuesto; la mayoría o las más populares son aquellas que nos introducen en prototipos de muñecas “Barbie”, con sus vestidos perfectamente conjuntados y zapatitos a juego, dietas estudiadas o no, para mantenernos más esbeltas, un surtido incalculable de cremas para estar más jóvenes, prometiéndonos que cada vez que nos ponemos una de ellas nuestro reloj biológico se detendrá o mejor aún retrocederá.
Todo ello especialmente dedicado para mujeres y “sospechosamente” creado por mujeres, por supuesto; respeto cualquier punto de vista u opinión, aunque me desilusionaba cada vez que veía una revista femenina y leía los mismos artículos, puede, porque no me identificara con ellos o puede porque me negara a actuar como dictaban estos manuales femeninos. No es que sea la típica que se enfrasca en artículos científicos, políticos, etc. Pero me hubiese gustado mucho que nos hubiesen introducido más en un mundo real y no de muñecas modelo con vestiditos de colores pastel y cintitas en el pelo, preocupadas en conquistar a nuestros “príncipes encantados” con una deliciosa tarta de frutos exóticos, cosa que no pega con la figura anoréxica que hay que mantener.

Afortunadamente las cosas están cambiando, ahora podemos ver en las revistas femeninas mujeres triunfadoras, profesionales que sobresalen en muchos campos que anteriormente estaban dominados por los hombres. Eso sí, madres entregadas, igual de delgadas y esbeltas, preocupadas por la imagen, sin perder el hilo de la moda actual, pertenecientes a organizaciones en defensa de la mujeres, los animales, o lo que esté de moda; o lo que venda mejor su imagen o la de la empresa que representa.
Será por eso de que "las mujeres podemos con todo".
Aunque aún me es difícil comprender como una mujer que ha parido cuatro hijos, tenga el tiempo suficiente para educarlos, pasar las tardes con ellos, estar en el trabajo  desarrollándolo perfectamente, luego ir a clases de Pilates,  y por la noche estar deslumbrante para una cena de trabajo o evento social.  
Pero aparte de estas mujeres espectaculares y sobresalientes, existen otros tipos de mujeres que se encuentran aún en la sombra de este mundo desarrollado, mujeres de las que ni siquiera se hace mención o peor aun no se sabe que existen. Y es que no solo dirigir una multinacional o salvar vidas en un quirófano es digno de admiración, el solo hecho de traer una vida al mundo debería ser significado de respeto; no quiero dejar a un lado la participación de los hombres por supuesto. Pero es a ellas a quienes se ignora en muchos sectores de nuestra sociedad, aunque en primer lugar sería por una sociedad machista, también se ven ignoradas por sus congéneres.


Estamos en una sociedad que te valora más por lo que tienes que por lo que eres.


 Y es que no es lo mismo una mujer de clase media en un país desarrollado viviendo dentro de una sociedad bien estructurada con todas las posibilidades, que una mujer India, donde a pesar de catalogarse como un país espiritual, destino de todo aquel que quiere encontrase así mismo, la población femenina es discriminada, anulada y muchas veces maltratada, o la mujer indígena de América del Sur donde es explotada laboralmente, realizando labores agrícolas sin ningún tipo de recompensa ni reconocimiento, ni por su estirpe ni por su sociedad, de la cual no recibe ningún tipo de apoyo.
 Pues todas estas mujeres las políticamente correctas y las políticamente ignoradas, son; no solo creadoras de vida, son las primeras maestras que encaminan a los individuos a su actuación dentro de la sociedad, pues es en ellas en quien recae la responsabilidad de educar a los hijos, y si es ella la primera persona que hace que el árbol crezca recto. En que se falla, cuando este individuo atenta contra quien le dio la vida.
Puede que el fallo no sea solo de la sociedad sino de nosotras mismas que nos olvidamos que en nuestras manos está el educar a nuestros hijos(as) para que se reconozcan en una sociedad de igualdad de género y de respeto hacia los demás, ya sea mujer, hombre, mayor, niño, blanco o negro.
 El respeto nace de nosotras(os) mismas,  pero debe haber algún factor que impida que las mujeres de determinado lugar o en determinada situación se crean eso de que  la mujer no tiene ni la capacidad, ni ningún tipo de derecho. Yes ahí donde debemos involucrarnos; porque a pesar de que estamos en pleno siglo XXI donde la tecnología hace posible lo que creíamos imposible, aún estamos anclados en la desigualdad de género y es que lo que no nos afecta hoy personalmente, en el futuro se puede convertir en un virus que aunque se veía venir, era algo que no nos afectaba.
La responsabilidad es de todos.