Aunque la mayoría de las veces
las mujeres nos vemos representadas con las mismas características; dos pechos
que sobresalen por encima de nuestra figura, cabello largo, un par de piernas
contorneadas. No somos iguales, ni pensamos todas igual, no todas actuamos como
es debido y mucho menos seguimos las reglas que nos impone la sociedad,
mayoritariamente machista. Y aunque la mayoría de las revistas femeninas nos
encuadren en el mismo prototipo y nos clasifiquen dentro de 3 o 4 géneros como
mucho, somos tantas como peces hay en el mar.
Y es que en cuanto a las
revistas femeninas me refiero, no todas por supuesto; la mayoría o las más
populares son aquellas que nos introducen en prototipos de muñecas “Barbie”, con
sus vestidos perfectamente conjuntados y zapatitos a juego, dietas estudiadas o
no, para mantenernos más esbeltas, un surtido incalculable de cremas para estar
más jóvenes, prometiéndonos que cada vez que nos ponemos una de ellas nuestro
reloj biológico se detendrá o mejor aún retrocederá.
Todo ello especialmente
dedicado para mujeres y “sospechosamente” creado por mujeres, por supuesto; respeto
cualquier punto de vista u opinión, aunque me desilusionaba cada vez que veía
una revista femenina y leía los mismos artículos, puede, porque no me
identificara con ellos o puede porque me negara a actuar como dictaban estos
manuales femeninos. No es que sea la típica que se enfrasca en artículos
científicos, políticos, etc. Pero me hubiese gustado mucho que nos hubiesen
introducido más en un mundo real y no de muñecas modelo con vestiditos de
colores pastel y cintitas en el pelo, preocupadas en conquistar a nuestros
“príncipes encantados” con una deliciosa tarta de frutos exóticos, cosa que no
pega con la figura anoréxica que hay que mantener.
Afortunadamente las cosas
están cambiando, ahora podemos ver en las revistas femeninas mujeres
triunfadoras, profesionales que sobresalen en muchos campos que anteriormente
estaban dominados por los hombres. Eso sí, madres entregadas, igual de delgadas
y esbeltas, preocupadas por la imagen, sin perder el hilo de la moda actual,
pertenecientes a organizaciones en defensa de la mujeres, los animales, o lo
que esté de moda; o lo que venda mejor su imagen o la de la empresa que
representa.
Será por eso de que "las mujeres podemos con todo".
Aunque aún me es difícil
comprender como una mujer que ha parido cuatro hijos, tenga el tiempo
suficiente para educarlos, pasar las tardes con ellos, estar en el trabajo desarrollándolo perfectamente, luego ir a
clases de Pilates, y por la noche estar
deslumbrante para una cena de trabajo o evento social.
Pero aparte de estas mujeres
espectaculares y sobresalientes, existen otros tipos de mujeres que se
encuentran aún en la sombra de este mundo desarrollado, mujeres de las que ni
siquiera se hace mención o peor aun no se sabe que existen. Y es que no solo
dirigir una multinacional o salvar vidas en un quirófano es digno de
admiración, el solo hecho de traer una vida al mundo debería ser significado de
respeto; no quiero dejar a un lado la participación de los hombres por
supuesto. Pero es a ellas a quienes se ignora en muchos sectores de nuestra
sociedad, aunque en primer lugar sería por una sociedad machista, también se
ven ignoradas por sus congéneres.
Estamos en una sociedad que
te valora más por lo que tienes que por lo que eres.
Y es que no es lo mismo una mujer de clase media
en un país desarrollado viviendo dentro de una sociedad bien estructurada con
todas las posibilidades, que una mujer India, donde a pesar de catalogarse como
un país espiritual, destino de todo aquel que quiere encontrase así mismo, la
población femenina es discriminada, anulada y muchas veces maltratada, o la
mujer indígena de América del Sur donde es explotada laboralmente, realizando
labores agrícolas sin ningún tipo de recompensa ni reconocimiento, ni por su
estirpe ni por su sociedad, de la cual no recibe ningún tipo de apoyo.
Pues todas estas mujeres las políticamente
correctas y las políticamente ignoradas, son; no solo creadoras de vida, son
las primeras maestras que encaminan a los individuos a su actuación dentro de
la sociedad, pues es en ellas en quien recae la responsabilidad de educar a los
hijos, y si es ella la primera persona que hace que el árbol crezca recto. En
que se falla, cuando este individuo atenta contra quien le dio la vida.
Puede que el fallo no sea
solo de la sociedad sino de nosotras mismas que nos olvidamos que en nuestras
manos está el educar a nuestros hijos(as) para que se reconozcan en una
sociedad de igualdad de género y de respeto hacia los demás, ya sea mujer,
hombre, mayor, niño, blanco o negro.
El respeto nace de nosotras(os) mismas, pero debe haber algún factor que impida que
las mujeres de determinado lugar o en determinada situación se crean eso de que
la mujer no tiene ni la capacidad, ni
ningún tipo de derecho. Yes ahí donde debemos involucrarnos; porque a pesar de
que estamos en pleno siglo XXI donde la tecnología hace posible lo que creíamos imposible, aún estamos anclados en la desigualdad de género y es que lo que
no nos afecta hoy personalmente, en el futuro se puede convertir en un virus
que aunque se veía venir, era algo que no nos afectaba.
La responsabilidad es de
todos.